Árbitro de fútbol: Estudios necesarios, requisitos, pruebas y sueldo

Si eres amante del llamado deporte rey, por la cantidad de personas aficionadas que logra aglutinar, te habrás planteado pertenecer a su mundo en algún momento de tu vida.

Pocos niños y niñas a los que les gusta no han soñado con convertirse en futbolistas de élite, pero hay otras muchas profesiones vinculadas a este deporte: desde el utillero al entrenador, desde el taquillero al árbitro de fútbol.

Esta última profesión está en el punto de mira de millones de aficionados jornada tras jornada, tanto que en ocasiones se convierten en protagonistas del partido sin pretenderlo.

  • ¿Qué hay que saber para ser árbitro?
  • ¿Qué cualidades físicas y psicológicas se deben reunir?
  • ¿A qué te categorías se puede aspirar?

Si estás pensando en enfundarte el traje de árbitro, presta atención porque te lo contamos todo.

Qué es y qué hace un árbitro de fútbol

Cómo ser árbitro de fútbol

El árbitro es un elemento común en una amplia variedad de disciplinas deportivas. Es la persona con autoridad dentro del entorno en el que se practica el deporte, y vela por el cumplimiento de las reglas.

Para instar a que así sea, debe dictaminar correcciones a los jugadores, con acciones recogidas en el reglamento como la amonestación o, directamente, la expulsión.

En todo caso, sus dictámenes no solo atañen a los jugadores, sino al resto de elementos que intervienen en el juego: terreno, balón, equipamiento, tiempo del partido, inicio y reanudación o saques de banda, meta o esquina, entre otros.

Las mencionadas son, precisamente, las tareas de un árbitro de fútbol y de sus asistentes, que se sitúan en el exterior del terreno de juego y recorren las bandas para vigilar todos los pormenores del partido.

En las categorías profesionales trabaja también el cuarto árbitro, que asiste al principal en labores de anotación y sustituirá a alguno de los otros tres en caso de lesión.

Al trío arbitral tradicional se han sumado recientemente los técnicos de videoarbitraje, el famoso VAR (siglas del inglés “video assistant referee”).

Su uso se circunscribe al de las jugadas más polémicas, es decir, goles, penaltis y expulsiones directas, y operan desde una cabina fuera del terreno de juego (la VOR, de “video operation room”).

En ella trabaja generalmente un árbitro profesional, siendo el resto de presentes personal de apoyo técnico.

Requisitos para ser árbitro de fútbol

La Federación Española de Fútbol explica que, para ser árbitro, lo mejor es acudir a una de las federaciones territoriales que, a su vez, tienen delegaciones repartidas por la geografía.

Debe ser en septiembre, que es una cuando suelen empezar a funcionar estos programas.

Cada federación territorial establece un procedimiento, así que hay que informarse antes de acudir. Castilla y León, por ejemplo, tiene habilitado un correo electrónico de inscripción, y Castilla-La Mancha dispone un formulario de inscripción en su web que pueden rellenar quienes tengan interés.

En este enlace te dejamos un listado de todas las federaciones territoriales en España.

“Estos cursos van dirigidos a chicos y chicas de entre 13 y 20 años, y son magnífica puerta de entrada al fútbol desde el mundo del arbitraje”, explica la federación. La edad mínima y máxima, en todo caso, depende de la federación.

¿Puedo ser árbitro siendo mujer?

Por supuesto.

El mundo del fútbol está ampliamente copado por hombres pero afortunadamente, la tendencia está cambiando.

Cada vez se tiene más conciencia de estos desajustes históricos, y se permite también a ellas abrirse paso en un mundo que también les apasiona.

En 2019 el mundo conoció a Stephanie Frappart, pues se convirtió en la primera mujer en arbitrar una final masculina de la UEFA. Y, en el fútbol español, Guadalupe Porras se convirtió en la primera árbitra asistente, también en la temporada 2019-2020.

Por lo tanto, si eres chica y estás pensando en introducirte en este mundo, te animamos encarecidamente a hacerlo.

¿Qué cualidades debes tener para ser un buen árbitro?

Ser árbitro no es fácil por muchos motivos, por ejemplo, porque hay que tener gran conocimiento de las reglas, mucha visión, capacidad de interpretación, objetividad y, sobre todo, soportar muy bien la presión.

No es fácil trabajar cuando hay decenas o incluso miles de personas mirando con lupa lo que haces y dejándose llevar por las pasiones propias del fútbol si no les gusta lo que haces. Lamentablemente, las vejaciones y los insultos son demasiado habituales en el fútbol.

No eximimos de responsabilidad a los malos profesionales que, por afán de protagonismo o sesgo, acaban convertidos en una caricatura de sí mismos.

Para evitar que esto pase, se establecen requisitos específicos como no tener ficha en ningún equipo de fútbol, que se suman a encajar en un rango de edad determinado, abonar la cantidad correspondiente al curso y superar las pruebas físicas.

En cuanto a bases, se suele establecer una edad máxima y una cuota de inscripción que hay que abonar, y que puede rondar los 50 euros.

Qué hay que estudiar para ser árbitro de fútbol

Para ser árbitro hay que conocer muy bien las reglas, así que en los cursos que organizan las federaciones territoriales de la RFEF, estas centran gran parte del contenido.

El árbitro profesional es el que mejor debe conocer las reglas oficiales en un partido, y sabe ejecutar las señales correspondientes para indicar sus decisiones.

Son solo algunos ejemplos, pues además de conocer las señales se requiere un equipamiento específico que también hay que conocer durante los cursos de preparación.

Temario: ¿qué se estudia?

Las reglas centran el grueso del contenido de cualquier curso de árbitro, pero las tareas del árbitro son otras y también hay que abordarlas.

A lo largo del programa, por lo tanto, se revisan otras modalidades como el fútbol 8, se abordan aspectos administrativos y la redacción de actas.

Tomemos como referencia el curso de Iniciación al Arbitraje que organiza el Comité de Árbitros de la Federación Interinsular de Fútbol de las Palmas, una delegación de la Federación Canaria de Fútbol y que, a su vez, forma parte de la RFEF.

El curso cuesta 50 euros y consta de una parte teórica destinada a obtener todos los conocimientos de las reglas, lo que se hace mediante clases presenciales, la redacción de actas, la realización de trabajos y tests que acreditan el conocimiento del alumnado.

La parte práctica se dedica al diseño de pruebas para una mejor adquisición de los conocimientos teóricos, y abordan la colocación y señalización del terreno de juego, el uso del silbato y la toma de decisiones, la visualización y análisis de un partido en directo, y al visualización y análisis de un acta arbitral.

El calendario consta de 24 horas lectivas que se reparten en 16 semanas, como máximo, a lo que se suman seis horas no lectivas que se dedicaran al estudio.

En total son 20 sesiones de entre hora y hora y media, desde la presentación del curso, normas y contenidos a la entrega final de resultados. El resto de sesiones corresponden a las reglas, aspectos administrativos y exposición de trabajos.

Para superar el curso, es necesario superar controles técnicos, asistir y hacer trabajos, y hay que obtener una puntuación mínima del 60%, aunque el control final debe estar por encima del 80%.

Es el mismo porcentaje que se exige cubrir para la asistencia, salvo motivo justificado, y es una vez declarado apto cuando se recibe el diploma de la entidad organizadora.

Con este diploma, y si lo desean, pueden formar parte del Comité Técnico de Árbitros de la delegación territorial, aunque para ello se necesita estar colegiado.

Para ello, hay que integrarse en el Comité de Árbitros oficial, un proceso del que podrán informarte de forma más detallada durante el curso.

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Preparación física de un árbitro de fútbol

Un partido de fútbol no solo es animado y dinámico, sino que en cualquier categoría exige un rendimiento físico ante el que hay que saber responder. No es una cuestión de silueta, sino de movilidad y de resistencia.

De hecho, al árbitro se le suele exigir la misma preparación física que a los jugadores en cada categoría, pues necesaria su cercanía en cada jugada durante el transcurso de los partidos para poder tomar las decisiones correctas.

Para que nos hagamos una idea, en los partidos de la élite el árbitro corre una distancia media de entre 9 y 13 kilómetros por partido, similar a la de los jugadores.

Los sprints en los balones largos o en los contragopolpes son habituales, y no hay apenas tiempo para descansar.

Para garantizar que sus profesionales están a la altura, al principio de la temporada se llevan a cabo pruebas físicas que se puntúan como aptas y no aptas, y que obviamente hay que pasar.

Te explicamos cuáles son, siguiendo a la RFEF:

  • Prueba de velocidad. Consta de seis series de 40 metros que se deben hacer en el menor tiempo posible, generalmente de menos de seis segundos (5,8 segundos). Va seguido de un minuto de recuperación. Esta prueba es diferente si se trata de asistentes: la primera consta de cinco sprints de 30 metros en 4,7 segundos, y 30 segundos de recuperación
  • Yo-yo test. Árbitros tienen que correr una distancia de 20 metros y volver. Una vez llegan, tienen ante sí una distancia de cinco metros para recuperar antes de que se produzca la siguiente señal acústica, que marca el inicio de la siguiente carrera de 20 metros.
  • Ariet. Es una prueba similar, pues también es intermitente, pero la realizan los asistentes. Además de una carrera inicial que también es de 20 metros, se les exige una lateral de 12,5 metros, y solo recuperan durante una distancia de 2,5 metros.

Se pueden proponer otras pruebas, como las siguientes:

  • Prueba de resistencia. Se deben realizar 10 vueltas a una pista de atletismo, como mínimo, o 13. En concreto, es necesario alternar carreras de 150 metros en 30 segundos, y marchas caminando a lo largo de 50 metros en 35 segundos. Los tiempos son rigurosos y se indican con pitidos, aunque también es posible realizar una serie única de 2000 metros.
  • Prueba de campo. Se realiza en un campo de 50 x 50 metros, en el que el árbitro corre en diagonal, hace carreras laterales, zigzaguea, realiza otra diagonal y termina trotando de espaldas. Todo debe hacerse en, como máximo, 54 segundos.

Si la prueba termina siendo “No apta” el árbitro tendrá que esperar un mes para realizar la convocatoria extraordinaria, y no podrá arbitrar ningún partido mientras tanto.

Eso da una idea de cuánto de esencial es tener una buena condición física.

Los tiempos son controlados por fotocélulas que, una vez atravesadas, envían la información al dispositivo que maneja la persona que supervisa las pruebas.

¿En qué categorías se puede arbitrar?

Debemos recordar que el arbitraje de fútbol en España está regido por el Comité Técnico de Árbitros, un órgano perteneciente a la RFEF y que regula desde Tercera a Primera División.

Por debajo de esa categoría son las federaciones territoriales las competentes, y son las que diseñan los programas de formación y elaboran las pruebas para designar a sus árbitros.

Pero también son las mismas federaciones las que organizan exámenes para ascender a categorías superiores, por ejemplo, para pasar de una categoría Juvenil a Regional, de Regional a Tercera División o de Tercera a Segunda B.

De todas formas, cuando un árbitro comienza lo hace como auxiliar, lo que suele considerar un periodo de prácticas, arbitrando partidos alevines e infantiles.

De ahí puede pasar a juvenil, y de ahí, decíamos, al ámbito regional y al nacional, que engloba la Primera, Segunda y Tercera División.

Las pruebas de ascenso se realizan al final de cada temporada, y constan de pruebas físicas y teóricas.

En estas últimas se preguntan por las reglas del juego, los estatutos de la Federación, la redacción de actas y cultura general de este deporte, tanto a nivel local y regional como nacional, dependiendo de la categoría a la que se aspire.

El número de aspirantes que resulte seleccionado dependerá de cuántas personas arbitren en la categoría a la que se aspira, por lo que se puede intuir que cada vez se va haciendo más complicado.

A la Tercera Regional, el árbitro podrá incorporarse si supera las pruebas, pero subir a Preferente Regional es más complicado. Y es que cada delegación territorial cuenta con hasta cinco plazas.

En Segunda B solo trabajan 120 árbitros, de manera que solo 20 personas de toda España podrán ascender. Los exámenes pueden ser sustituidos por talleres prácticos para evaluar las actitudes de árbitro.

Todo los árbitros deben pasar las categorías para llegar a la meta, que suele ser la Primera División. En ella solo trabajan 22 árbitros principales, y al final de la jornada dos son sustituidos, los que peor puntuación han cosechado.

Estos pasan a la Segunda División, mientras que los 10 primeros clasificados serán propuestos a la FIFA como árbitros internacionales, y podrán arbitrar partidos de Champions, Europa League, Mundiales, Eurocopas, etc.

Si a los 38 años o más un árbitro es descendido, ya no volverá a arbitrar.

Sueldo: ¿cuánto cobra un árbitro de fútbol?

Sueldo: ¿cuánto cobra un árbitro de fútbol?

En la élite de árbitros, que son los que trabajan en Primera División, los números son bastante suculentos. El primer árbitro cobra por partido cerca de 3700 euros, más de 1500 se embolsan los asistentes y apenas pasa de 900 el cuarto árbitro.

En Segunda las cifras son más discretas: unos 1600, unos 730 y unos 570 euros para primeros árbitros, asistentes y cuarto árbitro, respectivamente.

Eso no es todo, ya que, al margen de los honorarios de cada partido, los colegios de Primera tienen asignada una 10 mensualidades al año de más de 11300 euros, arbitren o no, mientras que sus linieres cobran más de 4700 euros.

En Segunda, estas nóminas asciende, respectivamente, a casi 6050 euros a más de 2700.

Hablamos de cifras estratosféricas, pues en total un árbitro de primera se embolsa más de 180 000 euros anuales, y uno de Segunda unos 92 000, sin contar la publicidad de Würth que lucen en la manga.

Pero para ser árbitro tienes que entusiasmarte con las funciones asignadas y con el deporte en el que estás involucrado, pues a partir de Segunda B y Primera División Femenina tales cantidades empiezan a descender drásticamente: árbitros y árbitras de tales categorías perciben poco más de 165 euros, 80 en el caso de los asistentes, junto a una dieta de 78 euros si el partido se juega a más de 100 kilómetros.

En Tercera, el primer árbitro solo cobra unos 120 euros, menos de la mitad los linieres, y la dieta por desplazamiento es de poco más de 40 euros si no tiene que pernoctar, o bien dos dietas de cerca de 80 euros si pernocta una noche.

Con todo, la de árbitro es una profesión interesante y, aunque denostada por toda persona aficionada que vive con pasión los colores de su club, imprescindible para el espectáculo deportivo que vivimos jornada a jornada.

Si sueñas con ser árbitro de fútbol y llegar a Primera División y cumples los requisitos, como los de edad, adelante.

Te queda un largo y apasionante camino por delante.


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