El mundo está repleto de profesionales, pero solo unos pocos se han animado a abordar y estudiar uno de los grandes tabúes de la sociedad: el sexo.
Hay toda una disciplina que gira en torno a la sexualidad humana, que profundiza en las inquietudes sexuales de las mujeres y de los hombres y que no solo traza patrones de comportamiento, sino que también busca cómo ayudar a las personas a disfrutar de una mejor vida sexual. En efecto, hablamos de la sexología y de los sexólogos.
Pero, ¿qué hace falta para ser un sexólogo?, ¿qué estudia un sexólogo para poder ejercer o mejorar como profesional? Esa, y otras cuestiones clave sobre esta profesión, son exactamente las que queremos abordar aquí. Vamos a ayudarte a entender cómo es esta profesión y qué estudios se necesitan para ejercerla.
Qué formación necesita un sexólogo
No hablamos de una profesión cualquiera. Para ser un sexólogo es necesario contar con una formación específica en sexualidad humana. Generalmente, es una especialidad a la que se llega tras una formación universitaria previa en psicología o en medicina. De hecho, existen estudios de postgrado y másteres sobre sexología que son indispensables para dar ese paso.
Al final, es un trabajador que trabaja con la mente humana, por lo que exige contar con una formación profesional en materia sanitaria. Sin una titulación oficial, no es posible ejercer como sexólogo de manera legal ni a nivel psicológico ni a nivel médico.
De hecho, hay diferentes especialidades en este campo, de las que hablaremos en el siguiente apartado.
Puede que la sexología sea un campo relativamente joven, pero las implicaciones que tiene son muy importantes para las personas, ya que al final está relacionado con su cuerpo y su mente. Por eso mismo es por lo que cada vez surgen más opciones de formación específica en esta materia, con centros más y más prestigiosos ofreciendo titulaciones cada vez más valiosas.
¿Y qué hace exactamente un sexólogo?
Un sexólogo no es alguien que se limita a recomendar juegos eróticos o a comprar juguetes como vibradores anales. Su profesión va mucho más allá de eso y depende, principalmente, del tipo de sexólogo que sea.
Generalmente, hay cuatro categorías principales en este campo. En primer lugar está el educador sexual, profesional con formación en sexología que ayuda a la población a saber más sobre las enfermedades de transmisión sexual, las orientaciones sexuales, prácticas seguras, etc.
Luego está el sexólogo de trastornos sexuales, un perfil con formación previa en psicología que suele evaluar y diagnosticar los posibles problemas psicológicos que empañan la vida sexual de sus pacientes. De forma similar, encontramos al sexólogo de lesiones orgánicas, también conocido como médico sexólogo, que cuenta con formación en medicina y busca y diagnostica cualquier posible problema fisiológico del paciente que pueda afectar a su vida sexual.
Por último, encontramos a los sexólogos especializados en terapia de pareja. Su labor es escuchar a las dos partes que puedan tener problemas en sus relaciones íntimas, detectar cuáles es el origen de estos problemas y proponer soluciones para mejorar dichas relaciones sexuales. Es algo que, por lo general, también suele implicar trabajos de terapia de pareja que van más allá del sexo.
Como habrás podido ver, es una profesión que abarca un enorme abanico de posibilidades, aunque todas ellas acaban conectadas a través de un mismo hilo: la sexualidad. Al final, la labor del sexólogo gira en torno a las personas y su relación con el sexo, buscando la manera de ayudarles otorgando información, analizando sus mentes, sus relaciones o incluso su organismo.